Los destellos especiados de su mirra nos abren los sentidos y parecen conectarnos con el espíritu de todas esas tradiciones que rinden culto a lo artesanal:
Esmirna nos habla de la sabiduría que va más allá del tiempo y de las modas.
Cuando la rosa alcanza la mirra, su aroma floral y sus detalles empolvados nos traen la luz que necesitamos para apreciar la belleza que hay en estos objetos.
Su suave base de jazmín matiza la flor y la resina para recogernos y llevarnos de visita a una galería muy especial.
Esmirna nos muestra un espacio interior lleno de elegantes artesanías: vasijas, muebles tallados –quizá rústicos–, collares… todas ellas colocadas de forma muy cuidada e iluminadas por luz natural.
Allí, conectamos de nuevo con la elegancia de lo hecho a mano, con todos esos conocimientos que pasan de padres a hijos y que nos permiten traer al mundo creaciones irrepetibles y únicas.