El primer contacto con la frescura del lirio de Kedras te despierta en un segundo y te devuelve al momento presente: sientes que ahora estás aquí.
La suavidad de sus primeras notas parece construir un puente floral que nos apetece cruzar, y cuando llegamos a su otra orilla, el ligero corazón de cedro –la más suave y fresca de las maderas–, nos envuelve y nos conecta con su agradable energía masculina.
De pronto nos encontramos en un espacio elegante y magnético: un salón moderno donde nos sentimos cómodos e inspirados.
La base de Kedras –también de cedro– crea un ambiente seguro en el que nos apetece charlar, ponernos al día… quizá hasta tomarnos un momento para “arreglar” el mundo entre amigos, pues nos sentimos con confianza y llenos de energía.
