La rosa de Cinnamon and Rose endulza el ambiente, y sus chispas de bergamota le dan un punto cítrico y vivo que nos conecta con la bonita sensación de que estamos donde tenemos que estar.
Más tarde, la canela llega y vemos una transformación: el paso de una rosa cítrica a una rosa especiada.
Sus pétalos se unen tan bien con ella que convierten a Cinnamon and Rose en un aroma sencillo, pero nuevo: ya no sabemos qué es flor y qué es canela.
Esta esencia nos conecta con la tranquilidad del hogar y nos lleva a la típica tarde de fin de semana: ya hemos asumido que no vamos a salir, nos apetece más quedarnos en casa.
Si hay niños, por supuesto están con los abuelos.
El aroma del ramo de rosas que tenemos en el salón nos encuentra con ropa cómoda y zapatillas de estar por casa. Antes de refugiarnos en el sofá con una manta caliente y ponernos una película, vamos a la cocina para darnos un homenaje con un té y un postre dulce: hoy todo vale.